«Al finalizar mis estudios en Criminología, me di cuenta de que quería profundizar en la comprensión y ayuda a las personas desde una perspectiva más cálida y humana, lo que me hizo adentrarme en el mundo de la Psicología.

Mi primera experiencia como psicóloga fue colaborando con la Fundación ANAR en el apoyo psicológico, además de social, a niños y adolescentes en situación de riesgo, lo que me enseñó la importancia de la escucha activa, la intervención en situaciones de emergencia, así como un apoyo individualizado. Cada llamada atendida fue una oportunidad para marcar una diferencia significativa en la vida de alguien.

Mi paso por la Fundación CERES me permitió familiarizarme con el tratamiento de adicciones. Trabajar tanto en dinámicas y sesiones terapéuticas grupales, así como en diferentes talleres, me brindó una perspectiva integral del proceso de rehabilitación y reinserción, así como la oportunidad de apoyar a personas en su camino hacia un mayor bienestar y salud.

Del mismo modo, durante mis prácticas del Máster en Psicología General Sanitaria, tuve la oportunidad de trabajar con adolescentes en psicoterapia individual, y acompañar a cada uno de ellos me permitió seguir comprobando cómo la psicología puede impactar positivamente en la vida de las personas, incluso en los casos más desafiantes.»