Autoestima ¿Es algo que se tiene o algo que se aprende?

Se tiende a hablar de la autoestima como algo que se tiene o no se tiene, lo cual nos hace plantearnos: ¿Qué diferencia hay entre tenerla alta/buena o baja/mala? ¿Es algo que tenemos en nuestro interior o es un conjunto de comportamientos?

En primer lugar, definimos brevemente:

El concepto de baja autoestima se compone de pensamientos que suelen venir cargados de valoraciones negativas hacia uno/a mismo/a de tal forma que nos relacionamos con nosotros/as mismos/as a través de pensamientos que ponen en duda nuestras capacidades y nuestra valía personal.

Los pensamientos, emociones y sensaciones asociados a una baja autoestima pueden resultar desagradables y limitantes, nos creemos todo lo que nuestros pensamientos nos dicen y nos comportamos como tal. Con lo cual, limitan nuestra conducta, interponiéndose entre nosotros/as y nuestros objetivos.

El concepto de alta autoestima (tal y como se conoce) se compone de pensamientos que suelen venir cargados de valoraciones positivas hacia uno/a mismo/a. Se tiende a inferir que en el interior de las personas con alta autoestima hay pensamientos y emociones agradables y «positivas». Se perciben como personas que creen en sí mismas y se sienten seguras en todo momento.

Aclarando conceptos:

Podríamos decir entonces que no es algo que se tiene o no se tiene, sino que es un conjunto de comportamientos, una forma de relacionarnos con nosotros/as mismos/as y con el mundo que nos rodea. Esa forma de comportarnos y relacionarnos está determinada por nuestra historia de aprendizaje.

Categorizarnos con un tipo de autoestima nos puede limitar, llegando a idealizar lo que creemos que es tener buena autoestima. De tal manera que muchas personas buscan mejorarla como medio para poder hacer las cosas que les gustaría hacer, y vivir de un modo más satisfactorio y valioso:

«No podré hacer esto hasta que no tenga una buena autoestima»

«Me siento inseguro en este momento y, por ello, no tengo una buena autoestima»

«Las personas con alta autoestima nunca piensan que no pueden hacerlo»

Pero… ¿y si para aprender a relacionarme conmigo mismo/a tengo que aprender a comportarme de otra manera, aunque eso suponga tener pensamientos de «no vas a ser capaz”? ¿Y si tengo que cambiar mi conducta para que la misma influya en mi manera de percibirme, es decir, en la imagen que tengo de mí?

Tengamos en cuenta que si partimos de que no es una categoría que o se tiene o no se tiene, puedo aprender a relacionarme conmigo misma de forma saludable y, a su vez, sentirme insegura y sin energía en algunas ocasiones. Esto no quiere decir que no haya que trabajar la autoestima sino que el concepto de la misma puede llegar a ser muy limitante.

«Cambio mi c0mportamiento y la consecuencia es que mejora mi autoestima»

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