«Si se pone celoso/a es porque me demuestra que me quiere», «si no tiene celos es porque no le importo», etc. Este tipo de creencias están muy extendidas. Se entienden los celos en pareja como una muestra de amor. ¿Realmente lo son? ¿Pueden ser saludables los celos?
En primer lugar, es fundamental realizar una distinción. Existe una diferencia entre sentir celos y comportarse de forma celosa.
Cuando siento celos y ME COMPORTO de manera celosa, me relaciono con mi pareja a través de los celos. No diferencio lo que siento de lo que hago, me fusiono con mi emoción y acabo convirtiéndome en un esclavo de ésta. Esto hace que acabemos teniendo conductas que pueden no ser muy apropiadas para mantener una relación de pareja de forma saludable. Por ejemplo:
– Creo que estoy demostrando amor siendo celoso/a.
– Controlo a mi pareja pensando que eso es el afecto.
– Tengo la necesidad de saber dónde y con quién está.
– Justifico mi comportamiento: «los celos son una muestra de amor».
En cambio, cuando siento celos y NO ME COMPORTO de forma celosa, lo que estoy haciendo es tomar distancia de mis emociones y decidir como me quiero comportar realmente. Esto es lo que llamamos «comportarnos de acuerdo a nuestros valores». Puedo sentir muchas cosas pero no me dejo llevar por ellas si no que reflexiono y me comprometo a actuar como realmente me gustaría:
– Me responsabilizo de mí mismo/a, me hago cargo de mis propias emociones.
– Entiendo que relacionarme con mi pareja a través de los celos no es sano.
– Exploro qué me está ocurriendo.
– Puedo comunicarme con mi pareja y expresar lo que siento, dejando claro que es mi responsabilidad.
– Busco ayuda profesional si lo necesito.
Por lo tanto, puedo sentir celos en algún momento de mi vida y ante ellos puedo aprender a no comportarme como tal y gestionar por mí mismo/a lo que me está ocurriendo.
Los celos no son saludables si son una forma de vincularnos con nuestra pareja….