Un proceso de psicoterapia es una intervención dirigida a evaluar en profundidad lo que la persona considera que le está dando problemas en su vida y la puesta en marcha de estrategias para solucionar dicha situación.
La terapia psicológica es un proceso totalmente personalizado en el que el/la psicólogo/a trabaja con la información que la persona le proporciona.
Este proceso se lleva a cabo a través de varias fases:
1ª Fase: Evaluación
El objetivo de esta fase es conocer el problema que ha hecho que la persona busque ayuda. Se recoge información sobre ello a través de una entrevista y con la ayuda de otras técnicas como:
- Cuestionarios.
- Autorregistros del día a día.
- Explorar la historia de aprendizaje (pasado)
La evaluación nos permite entender el origen, la evolución y el mantenimiento del problema, así como los factores que pudieran haber influido o lo continúan haciendo.
2º Fase: Devolución de información y plan de tratamiento
Con la información obtenida en la evaluación se proporcionan explicaciones sobre:
- Cómo se desarrollaron las conductas problema.
- Cómo se están manteniendo actualmente.
- Qué aspectos o condiciones vitales son las que pueden haber influido en su origen y mantenimiento.
De esta forma se pasa a establecer los objetivos terapéuticos y el plan de tratamiento.
3ª Fase: Tratamiento
En esta fase se realiza la modificación del problema a través de técnicas y estrategias (con evidencia científica) que ayudan a la persona a:
- Analizar y modificar la situación en la que está para que pueda empezar a hacerlo por sí misma.
- Afrontar la situación de un modo más saludable y menos problemático.
El/la psicólogo/a guía y supervisa los pasos a seguir, pero es necesario e importante que la persona tenga un papel activo para que los cambios sean efectivos.
4ª Fase: Seguimiento y finalización del proceso
Finalmente, las sesiones empiezan a darse con menos frecuencia para ver si los cambios que se han realizado, y la consecuente mejoría, se mantienen en el tiempo y se dedica esa fase a prevenir futuras recaídas o problemas que pudieran llegar a aparecer.
La finalidad de esta fase es que la persona cada vez necesite menos al psicólogo/a y pueda servirse de todas aquellas estrategias que se hayan aprendido para gestionar las situaciones por sí misma y así dar por finalizado el proceso de psicoterapia.