Las personas crecemos, evolucionamos, cambiamos, es decir, nos comportamos de una forma diferente con el paso del tiempo. Lo hacemos nosotros/as y también lo hacen los demás.
Cuando nuestro comportamiento cambia puede cambiar por ello la manera en la que nos relacionamos con el mundo que nos rodea, lo cual suele implicar que los otros aprendan a relacionarse de forma diferente con nosotros/as y viceversa.
Por ejemplo, si mis gustos personales cambian, es posible que ya no quiera hacer aquello que antes hacía con amigas/os y prefiera hacer otras cosas, o que me una a otros planes con ese grupo y no a aquello que ya prefiero no hacer. Esto suele ocurrir con el alcohol, cuando alguien decide dejar de tomar bebidas alcohólicas en un grupo de amigos/as con quienes solía beber frecuentemente.
En este sentido, mis amigos/as, pareja o personas cercanas al principio pueden sentirse raros cuando deje de comportarme en ciertas situaciones como antes lo hacía y será un proceso de cambio para todos/as. Es importante que haga saber al grupo mi decisión y el mismo también decidirá si prefiere relacionarse de forma distinta conmigo (respetando y tolerando los cambios) o prefieren alejarse, también es su decisión.
¿Qué hago si mi amigo/a, pareja o familiar se comporta de una forma diferente?
- Como uno/a mismo/a, los otros también pasan por fases y procesos. Por lo tanto, ante un cambio de una persona de nuestro alrededor podemos:
- Dejarle su espacio y hacerle ver que estás ahí si lo necesita. Puede que necesite tiempo y espacio.
- Ser asertivos/as explicándole que le notas diferente y que te gustaría saber qué le sucede, si esa persona considera la opción de contarlo. Si no es así, dejarle tiempo, puede que esté pasando por un mal momento o que no quiera compartirlo contigo.
- Si esa persona te expresa sus deseos y lo que le gustaría cambiar, probar a cambiar y evolucionar juntos. Esto no siempre se puede, pero en muchas ocasiones escuchando al otro podemos aprender a relacionarnos de una forma diferente.
Si aún así sigue sigue pasando el tiempo y os habéis alejado y no te cuenta qué le sucede: es posible que no tenga explicación o igual la tiene, pero no te la ha hecho saber. Tengamos en cuenta que no somos adivinos/as, y si se comporta de una forma diferente y no te expresa qué ocurre es su decisión.
Puede que no haya sucedido nada en sí, sino que vamos cambiando y ya no tenemos la misma afinidad.
Asimismo, es posible que tú hayas cambiado al mismo tiempo y tus cambios no le gusten a esa persona. En este caso, la situación escapa de tu control y aquí no nos queda otra que aceptar y respetar el cambio en la relación. O también puede ocurrir que esa persona ya no te guste a ti.
Al fin y al cabo, en la vida coincidimos con muchas personas y no todas permanecen. Las relaciones pueden tener fecha de caducidad. Por lo que dejemos fluir lo que ya no va, quedemos con los buenos momentos y las experiencias compartidas.